No es un simple forzaje. Los espectadores toman decisiones libres e incluso pueden cambiar de idea en cualquier momento.
No necesitas conocer la carta previamente. La carta aparece en tu mano vacía ¡Incluso antes de que el espectador la haya nombrado!.
No hay cambios, ni clasificadores. Olvídate de memorizaciones complicadas.
No hay condicionantes de vestuario. No se utilizan las mangas ni hay trucajes en la ropa.
No requiere de gran destreza técnica. La aparición es muy limpia, visual y fácil de hacer. Técnicamente es casi tan fácil como abrir y cerrar la mano.
No hay restricciones de ángulos. Puedes hacerlo ante un grupo reducido de personas completamente rodeado, o frente a cientos de espectadores sobre un escenario.
